El gobierno de los EE.UU. da dado vía libre a que cambie el funcionamiento de Internet. A partir de este momento, y bajo la presión de los grandes ISPs de dicho país, estos podrían ofrecer alojamientos con prioridad sobre otros a aquellos que quieran saltandose así el principio básico y esencial de neutralidad de Internet. Es decir, ahora son los ISPs los que deciden cómo y cuando podremos ver ciertos contenidos.

Lógicamente el acceso mejor y más rápido a ciertos contenidos condicionará la neutralidad de Internet, la objetividad y propiciará la censura y moderación de contenidos por entidades o grupos de presión determinados.

Vivimos en un mundo en el que Internet, hemos de admitirlo, molesta.

Porque ya no hablamos de la oportunidad de negocio que la Internet abre a los pequeños, al hecho de que una buena idea con pocos medios puede reportar una forma de negocio distinta que compite de igual a igual con los viejos modelos, con aquellos gigantes consolidados de la industria se acaba con estas modificaciones. La forma más sencilla que tienen los grandes de quitarse a la competencia molesta es precisamente mediante este tipo de iniciativas. Hablamos de que mediante esta iniciativa se podrán librar sin esfuerzo de aquellas voces disonantes con el “stablishment”, con los medios de información alternativos, no controlados por medios de presión. Hablamos en definitiva de todos esos medios, entre los que nos encontramos, que informamos sobre lo que en realidad está pasando, aquellos que se dedican a desmitificar, a desenmascarar y a contradecir las versiones oficiales.

Y nos afecta porque nosotros no tenemos medios económicos para pagar por ese mejor acceso, porque aunque en Europa todavía no se hayan implantado esas medidas, a buen seguro que se implantarán ya que copiamos todo de los EEUU (incluido el creciente acercamiento al concepto anglosajón de la idea de copyright).

Cuando eso ocurra los medios de información sin posibilidades económicas, sucumbirán porque aquellos que tienen dinero serán los primeros en la listas, los más rápidos en ser accesibles y éstos suelen estar, por desgracia, a sueldo de grupos de presión interesados en mantener muchas mentiras como si fueran verdades.

Por desgracia la gente no esperará a sus sitios habituales, se conformará con recibir la información de los de siempre, los poderosos. Nuestra labor será, por supuesto, seguir informando para que la gente aprenda que existe otra opinión, y que vale la pena esperar para acceder a ésta.

Nos encontramos ante una batalla perdida, pero no la guerra. Por cada batalla perdida hemos de ver la oportunidad de dar a conocer al público que la amenaza no sólo es cierta, sino que crece cada día. Esperamos que el público en general se vaya concienciado y luche activamente por sus derechos.

El inventor de la web Tim Berners-Lee ya ha avisado sobre el peligro al que nos enfrentamos en su blog. Suponemos que alguien tendría que tener en cuenta la opinión de este señor. Nosotros lo hacemos.